El debate sobre la idoneidad de los deberes sigue de plena actualidad, ¿deberes sí o deberes no? Las opiniones a favor o en contra se dividen, fundamentalmente, entre profesores y padres.
Algunos colectivos de padres consideran que, a medida que sus hijos se hacen mayores, se ven sometidos a una cantidad excesiva de tareas y deberes que deben realizar en casa.
Por este motivo, demandan que se aproveche más el tiempo en clase, para que en su tiempo libre puedan dedicarse a otras actividades culturales o lúdicas, que contribuyen de igual manera al desarrollo educativo.
Sin embargo, algunos expertos en educación aseguran que los deberes son muy necesarios, ya que refuerzan los conocimientos adquiridos en el centro y promueven valores como la responsabilidad, el esfuerzo y la organización. Además, afirman que algunas materias como la lectura, las matemáticas o el aprendizaje de otro idioma, requieren de práctica por parte del alumno, y en este ámbito, los deberes favorecen especialmente la asimilación de las enseñanzas impartidas por los profesores.
La cantidad de deberes
Pero todo en su justa medida; si son demasiados, los niños y niñas pueden cansarse, desinteresándose por las materias, sobre todo los más pequeños, empeorando así su rendimiento escolar. De hecho, el momento de los deberes puede convertirse en un auténtico calvario para toda la familia.
Algunos estudios, como los elaborados por la Sociedad Española de Psiquiatría, confirman que el aumento del estrés escolar en los alumnos, está causado, entre otros factores, por el exceso de responsabilidad, propiciado, entre otros, por la gran carga de actividades extraescolares, tareas y deberes que los alumnos deben realizar fuera del horario lectivo, que fagocitan un tiempo que debería emplearse en actividades lúdicas.
Los deberes y los padres
Muchos padres no saben cómo ayudar a sus hijos con los deberes, incluso se preguntan si es bueno ayudarles o no. La respuesta es: ayuda sí, pero hacérselos no.
En ocasiones el problema surge porque los alumnos y alumnas no saben organizarse ni gestionar bien su tiempo, y es ahí donde los padres pueden apoyar a sus hijos.
Para ello, una herramienta muy útil es una agenda escolar en la que apuntar los deberes de cada materia, identificadas por colores o dibujos, estimando el tiempo que debe dedicarse a cada una, así como el día de entrega.
También es muy útil elaborar un horario, estableciendo periodos de descanso y de ocio. Dicho horario debe realizarse al comienzo de cada semana y ha de ser flexible, ya que, en ocasiones, surgirán algunos acontecimientos imprevistos que harán necesario modificarlo, como nuevas tareas o actividades escolares o personales. Si todo esto se apunta en una agenda escolar, será más fácil organizar la semana sin que se olvide nada, permitiendo llevar un seguimiento más efectivo.
Además, los padres deben asegurarse de que su hijo o hija dispone de un lugar adecuado para realizarlos, con luz, con espacio y con todos los materiales necesarios a mano, evitando distracciones innecesarias como los dispositivos móviles, la televisión o la música.
Los padres pueden ser de gran ayuda en la realización de los deberes, y aunque son los hijos o hijas quienes deben hacerlos, cometiendo sus propios errores, los padres pueden orientarles y resolver algunas dudas, pero sobre todo, deben motivarles y supervisar que las tareas están terminadas. Asimismo, deben elogiarlos por el esfuerzo realizado y por las tareas bien hechas, y no por las calificaciones, utilizando para ello expresiones positivas que realcen su autoestima, o con algún otro recurso, como colgar en su habitación una cartulina que muestre su progreso y sus éxitos, evitando los obsequios materiales por un trabajo hecho.
Cuando se realizan los deberes, pero no hay buenos resultados
Si a pesar de la organización y el interés demostrado, el alumno o alumna tiene problemas con los deberes, es recomendable pedir una tutoría con sus profesores u orientadores, para evaluar si son demasiadas las tareas diarias o si existe alguna dificultad en el aprendizaje, alteraciones visuales o situaciones personales o con sus compañeros que puedan interferir en su motivación o interés. Los docentes y profesionales de la orientación educativa, siempre podrán asesorarles sobre el método más adecuado para mejorar el aprendizaje y desarrollo de sus hijos.
Hacía otra metodología educativa
El debate sobre la idoneidad de los deberes no tiene una respuesta sencilla, pero sí que es cierto, que el paradigma tradicional educativo ha cambiado.
Una vez garantizadas las oportunidades y los recursos necesarios, es imprescindible estudiar métodos educativos alternativos y complementarios, sin dejar de lado valores como la responsabilidad y el esfuerzo, pero con distintos enfoques, tanto dentro como fuera del aula, donde la motivación del alumnado es la clave. La incorporación de las nuevas tecnologías, enseñanzas más empíricas que teóricas o métodos basados en proyectos, despiertan en el alumnado mucho más interés por las materias. Además, con esto se aprovecharían mejor las horas de clase, y la cantidad de tareas que habría que realizar fuera del aula estaría más equilibrada. Los deberes generados desde la motivación, no suponen una obligación incómoda.